No existe nada permanente a excepción del cambio. Es una verdad que ya los griegos habían advertido con Heráclito, quien hizo célebre la frase “nadie se baña en el mismo río dos veces”. El acto de pensarnos en forma constante es un ejercicio que se conquista en la actitud de mirarnos sin prejuicios, examinando cada rincón de nuestro ser en aras de salir de los enredos y hacer frente a los desafíos que la vida nos presenta. Esta aventura hacia la conquista de una reflexión radical, tan de la mano con la actitud filosófica del pensador griego, se inicia allí donde abandonamos el saber estático e inmutable. En otras palabras, esa imagen de lo que creemos ser a priori para dar lugar a lo que nos sorprende y nos permite construir nuestra verdad a posteriori . Una verdad arrasadora que rompa con los estereotipos que nos impiden evolucionar y dar lo que está a nuestro alcance en cualquier circunstancia y sin los tapujos de la autocensura. En este contexto, ¿Cómo podemos ejercitar la imagina