¿Qué es lo que hacemos cuando todo parece ir mal? ¿Desde qué lugar nos situamos para evaluar nuestra vida? Segmentar la realidad en unidades más pequeñas, convierte a lo fáctico en un concepto mental que nos atrae o nos repele, según la valoración que le imprimamos en un determinado tiempo y espacio. Si bien las situaciones que nos atraviesan son diversas, no tenemos que olvidar que son sólo hechos que no tienen un atributo moral per se. Es por medio de nuestro juicio que evaluamos el mundo circundante y sus elementos, basándonos en las estructuras previas que recibimos, construimos y reformulamos activamente desde nuestra infancia. Ahora bien, los valores cambian entre culturas, de persona en persona, y también en un mismo individuo. Existe una infinita gama de factores históricos, sociales, contextuales, fisiológicos y psicológicos al momento de seleccionar, en nuestra percepción, un determinado espectro del mundo externo en aras de evaluarlo de una u otra manera. Por ejemplo, un