En esta sociedad de la inmediatez y la exigencia constante, son muchos los vectores que apuntan en nuestra dirección y nos demandan una respuesta que excede nuestra capacidad de resolución inmediata. Caminamos sobre una línea delgada entre la perfección y el fracaso, sin tener en cuenta que en el intermedio existen alternativas que nos ubican en un equilibrio inestable, de esos que necesitan de un continuo movimiento para mantenernos de pie. Parar la pelota y reflexionar sobre lo que nos pasa, es ubicar las cosas en su lugar. Dentro de este lugar que nos arrasa, hacernos un espacio es imprescindible. Si bien tal acto tiene sus costos, cuanto más lo demoremos, más fuertemente aparecerá esa pregunta que nos invita al cambio de sitio. Lo hará en forma intempestiva y cobrándose los intereses que nos demanda el paso del tiempo.
Por otro lado, no se trata de estar sólo a la defensiva. También podemos visualizar nuestro futuro, por más que el pasado y el presente nos inviten a lo contrario. Reflexionando sobre todas las aristas que se desprenden del problema, nos preguntamos: ¿podemos hacer algo frente a él? En lo personal, creo que sí. Siempre hay un margen de libertad frente a los condicionamientos, y siempre existe una faceta creativa en cada uno de nosotros que nos puede despertar y animar a labrar un camino que también podamos compartir con los demás.
De este modo, si miramos hacia atrás con la intención de construir en el presente un aprendizaje innovador, enlazaremos los tres tiempos (pasado, presente y futuro) como un continuo que no es una línea recta pero que es necesario reconocer y aceptar si queremos despojarnos de aquello que permanece sin ser elaborado y resignificado en nuestra mente.
Hurgar en el pasado en psicoanálisis no es, como muchos creen, abrir una caja de pandora que nos sumirá en un proceso largo y tedioso, sacando a la luz escenas de nuestra vida que hace tiempo habíamos olvidado. En el psicoanálisis no se mira el pasado del mismo modo que un historiador, como algo que está ahí, en nuestro archivero, para ser desempolvado y desclasificado. El pasado es lo que nos interpela desde nuestras circunstancias actuales. Si sale a colación es porque tiene su efecto en nuestro discurso y forma parte de él en el aquí y ahora. Por eso mismo, a medida que se desenvuelve el relato en la asociación discursiva, se van abordando distintos puntos que, independientemente de su ubicación en la línea temporal, forman parte de una sucesión de significaciones que, desde el otro lado, el analista escucha a la letra para decantar una interpretación, un señalamiento o una mirada que permitan desmitificar las verdades que traemos al consultorio. Teniendo en cuenta que las verdades son mitos que estructuramos como un relato sobre nuestros orígenes, nuestra historia y quiénes somos actualmente, podremos derribar esos muros que nos impiden ver más allá y construir con sus escombros una residencia que nos aloje.
El comienzo de este nuevo año es una oportunidad para hacer un balance de lo que fue y proyectar lo que puede ser, confiando más en nosotros que en la suerte o en “lo que nos sale en el momento”. Implementar recursos en un espacio terapéutico es un acto de valentía que nos da el empujón necesario a nuestro ánimo para repensar la actualidad atendiendo a lo que clama nuestro deseo, a lo que se mueve en nuestro interior cuando sentimos que estamos en el lugar correcto. Y esa búsqueda es dinámica. No es algo a lo que se llega y “ya está”. Encontrar y defender ese lugar es entrar en una dinámica sin prisa pero sin pausa, para alinearnos con nuestro eje en medio de ese barullo que nos atraviesa por dentro y por fuera.
Los saluda,
Lic. Agustín Sartuqui
En conclusión para mí nuestros pensamientos y movimientos van en forma acendente y espiral ya que la vida no es
ResponderEliminarlineal , mi pasado no construye si puede aportar me detengo alguna vez en él, soy una con vencida que hoy será él mejor día de mi vida pues vivir en el presente teniendo un objetivo firme y sirva para sentir esa paz que solo yo soy capaz de crear, solo debo enfocar mi mente y Alma que yo puedo, que cada cosa que me proponga soy capaz de darle la luz y el éxito que pretendo .Somos nosotros mismos los únicos artífices de lograr cualquier meta enfocar con actitud, fortaleza, confianza, energía, amor , fé y si surgen obstáculos a superarlos con desiciciones firmes con aquellas que el sexto sentido nos dice atrevete es por aquí y si me equivoco bueno no importa, vuelo a intentarlo pues nadie dijo que la vida sería fácil, es una bella aventura atrévete hoy será tú mejor día . Y con
respecto a esta foto veo la belleza que destaca el FARO es Luz, vida y sin olvidar jamás que somos seres de LUZ .